Autocritica
¿Hasta cuándo?
vamos a culpar a los demás por problemas que podrían comenzar a resolverse autocriticándonos.
¿Cuándo?, en vez
de culpar al gobierno por el problema de la basura, vamos a comenzar a desechar
la basura nosotros mismo de forma debida. ¿Cuándo? vamos a denunciar al
ciudadano, joven, adulto ó niño, por arrojar la basura a través de la ventana
del bus, automóvil o al caminar por los espacios públicos; todo en dirección a
las aéreas de esparcimiento, carreteras, avenidas o autopistas.
¿Cuándo? Vamos a
enseñar verdaderos valores y hábitos a nuestros hijos, hablar con ellos,
escucharlos, atenderlos; y no dejarle esa labor a la televisión, los amigos o al maestro del colegio. Son nuestros
hijos y es nuestra responsabilidad el formarlos, no del gobierno ni del vecino,
es nuestra. ¿Cuándo? realmente nos autocriticaremos en vez de seguir culpando a
alguien más.
Una sociedad que
desde que comenzamos el colegio existe el: aquel botó, el vio, ella fue,
aquellos hicieron; pero no el: YO hice, fui, vi, bote, etc.
Y la solución no
es solo jactarnos de ser el que no lo hace, vio o fue. Pues nuevamente estaríamos
culpando a alguien más y, se escucharían los: ¡yo no lo hago!, y ¿dónde está el
gobierno que permite esto o aquello? ¡Que animal! Y cuanto argumento o pregunta
se nos ocurra para justificarnos. Sin siquiera hacer el intento de llamarle la atención
y concientizar al infractor. Donde entraría en juego una nueva justificación,
el no hacer la critica porque seriamos insultados con frases como: ¡eso no es
problema tuyo!, Por decir una. Y allí la base del problema: Cuando no aceptamos
una crítica de alguien mas, mucho menos somos capaces de autocriticarnos. Por lo
que a lo largo de la historia moderna hemos tenido que optar por organismos
reguladores de nuestros hábitos, que nos impongan leyes. Pero entonces seguimos
justificando nuestra forma de actuar, culpando a alguien más, cuando en
realidad ese alguien más existe porque no podemos auto evaluarnos como ser
humano.
Otro problema es
pensar con egoísmo, pensar que la vida en el planeta es efímera porque solo
vivimos un tiempo limitado. Y dejamos de pensar en las futuras generaciones, en
los hijos de nuestros hijos, que tendrá en sus manos un problema que no es de
ellos sino heredado.